'Ninis' en Apurímac: hay más de 10 mil jóvenes que no estudia ni trabaja en la región
La Red de Estudios para el Desarrollo (REDES) identificó que un 8,8% de jóvenes –más de 10 mil– entre 15 y 29 años no estudian ni trabajan en la región Apurímac. Estas personas se denominan “ninis” y, aunque la reciente cifra es menor a los números anteriormente observados –de acuerdo con la información de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO)–, esta realidad no deja de ser preocupante. “Esta situación afecta profundamente a los jóvenes peruanos porque no pueden generar ingresos ni acumular capital, esto es algo que impacta negativamente en el desarrollo social y económico del país. Además, la falta de oportunidades laborales para la población más joven limita la posibilidad del desarrollo de sus habilidades” explicó Oswaldo Molina, economista de REDES. A nivel nacional, en Perú, dos tercios de "ninis" son mujeres, quienes enfrentan barreras económicas y responsabilidades domésticas que las alejan de la educación y el empleo. Aproximadamente, un 22% de mujeres ninis no busca trabajo porque realizan quehaceres domésticos; mientras que solo el 2% de hombres no busca trabajo por la misma razón. “No todos los jóvenes "ninis" comparten circunstancias similares. Algunos están activamente buscando oportunidades laborales o educativas, mientras que otros enfrentan barreras personales o estructurales que limitan su participación laboral o acceso educativo” precisó el especialista. ¿Qué pasa con las oportunidades? Según indicadores del Banco Mundial, la recesión económica del 2023, con una caída del 0,6% en el PBI y una reducción del 7,2% en la inversión privada, ha impactado negativamente en la generación de empleo. El bajo crecimiento económico impide que el país se recupere a niveles pre pandemia y, por lo tanto, la economía informal a menudo representa la única opción laboral para los jóvenes con largas jornadas laborales, falta de seguridad social y salarios por debajo del sueldo mínimo. “A fin de generar empleos formales y de calidad para los jóvenes, es necesario que la inversión privada crezca. Esto no solo impulsa el desarrollo económico a nivel nacional, sino que también crea oportunidades laborales sostenibles y alineadas con las demandas del mercado”, puntualizó. Molina señala que en algunos casos se pueden orientar hacia trabajos en sectores con alta demanda laboral, como electricidad, construcción, soldadura, trabajos técnicos y ventas. Además, indica que es esencial ofrecer oportunidades de desarrollo profesional a los jóvenes a partir de programas de capacitación que incluyan pasantías y mentorías que los acerquen con posibles empleadores. “Es clave ofrecer programas flexibles, como educación a distancia y/o formación técnica que se adapte a las necesidades de cada persona. Además, es crucial implementar políticas gubernamentales que reduzcan la deserción escolar por falta de recursos económicos; entonces, ayudas financieras, becas y subsidios podrían mejorar las condiciones de vida de los jóvenes con más bajos recursos” enfatizó el economista de REDES.