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La puntualidad
Publicación: lunes, 04 de abril de 2022

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La puntualidad

La puntualidad

En el presente artículo, quiero recordar al director del Diario CHASKI (Q.E.P.D. y D.D.G.), PC. Luis Quintanilla López, quien me inculcó buenos valores durante su vida profesional, ni qué decir sobre la puntualidad. Debo precisar que, de un tiempo a esta, la impuntualidad es casi generalizada en todos los estamentos del gobierno, con funcionarios, trabajadores, ciudadanía, e incluso la familia, donde esta actitud que debería ser una virtud se ha institucionalizado en los centros de trabajo públicos y particulares. Con las lecciones aprendidas gracias a los sabios consejos de Luis Quintanilla López, puedo tocar con amplitud este tema muy importante en la vida de cada persona. Tenemos que entender que la puntualidad es una disciplina de estar a tiempo para cumplir con nuestros compromisos y obligaciones, para ello es necesario dotar a nuestra personalidad de carácter, orden, disciplina y eficacia, pues para cumplir con la puntualidad, uno tiene que ser responsable y con los demás sea quien sea o quién fuere, de tal forma desempeñar mucho mejor nuestro trabajo cotidiano y ser merecedores de la confianza. Debemos tener en cuenta que toda persona para asistir a un evento, reunión, actividad o cita tiene un grado particular de importancia, por eso nuestra palabra es sinónimo de garantía, para contar con nuestra presencia en el momento preciso y necesario; pero ¿Qué ocurre generalmente en nuestro Abancay y en el país? Lamentablemente la impuntualidad salta a la vista. Personalmente trato de ser lo más puntual posible, pero muchas veces las cosas no se dan por motivos imprevistos. Prácticamente quedo como una víctima más de la impuntualidad que hoy es generalizada en nuestra sociedad, lo que denota una falta de seguridad o debilidad de carácter en las personas. La puntualidad demuestra que respetas a la otra persona; si la otra persona suele llegar tarde, te está faltando el respeto, es así de simple. Está claro que esta actitud es el reflejo del poco respeto hacia otras personas, a su tiempo y sus actividades, los pretextos y justificaciones están agotados, nadie creeen ellos. Además, la puntualidad está relacionada con otros valores humanos, como el orden, la responsabilidad, la exactitud, la precisión, la rectitud el rigor, la formalidad y la impuntualidad, contrariamente los impuntuales demuestran negligencia, dejadez, desidia, indolencia, pereza, desorden, egoísmo entre otras condiciones que puedo seguir mencionando. Sabemos que ser puntual, es ser respetuoso hacia uno mismo y a los demás; es tan necesaria para dotar a nuestra personalidad de carácter, orden y eficacia, siendo una de las normas básicas de la buena educación y reputación. Ser puntual es considerar un signo de consideración y respeto hacia las personas que están esperando y es una obligación que en un plazo determinado se inicie o concluya algo que se ha programado. Cumplir con la puntualidad no es nada fácil, pero es necesario tratar de hacerlo en lo posible en respeto a los demás y a uno mismo, se que es un esfuerzo, voluntad y sacrificio, pero tenemos que apuntar a lograrlo. La puntualidad es un valor que se debe enseñar en la familia desde los primeros años de vida, donde las normas y costumbres, establezcan horarios para cada actividad familiar y los hijos crezcan con las normas y lecciones aprendidas para forjar un futuro mejor de nuestro país, que de un tiempo a esta parte se encuentra inmerso en la impuntualidad. Es por ello, para inculcar buenos valores a los hijos en la puntualidad, primero debemos practicar los padres continuamente dando el buen ejemplo en las actividades con mucha voluntad y sacrificio, así como otros valores humanos, pues de no ser así los hijos crecerán en esa senda de la impuntualidad e irresponsabilidad y nunca serán puntuales ante la sociedad, ni mucho menos en el seno familiar. Si los hijos no ven la puntualidad de los padres, nunca llegarán a ser puntuales. Se debe fomentar en los hijos el concepto del orden, la previsión y la programación, para conseguir que la puntualidad, no se convierta en una situación del azar o de la suerte. No importa que las demás personas no sean puntuales, la satisfacción de la puntualidad propia, justifica todos los sacrificios hechos al practicarla. Los factores que nos conllevan a ser impuntuales, es que vivimos una sociedad agitada, desorganizada en el tiempo, hasta cierto punto puedo atribuir, los teléfonos móviles son los adelantos tecnológicos muy útiles en la organización del trabajo o la vida diaria, pero al mismo tiempo nos han convertido en personas informales con las citas. Existen muchas excusas injustificables en el campo político, social, familiar, es por eso, la impuntualidad se ha enseñoreado en nuestras vidas, con decir disculpen hemos tenido una agenda sobrecargada como dicen nuestros políticos y padres de la patria cuando llegan tarde a las citas protocolares. Es por eso, vivir el valor de la puntualidad es una forma de hacerle a los demás la vida más agradable, mejora nuestro orden y nos convierte en personas de confianza.

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    Chaski
    EDITOR