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Perú al límite: Plata o Plomo
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Perú al límite: Plata o Plomo

Perú al límite: Plata o Plomo

Por: Adely Lopinta y Franz Meza

Una de las preguntas más reiteradas que uno se hace cuando visita la capital es: ¿Lima es peligrosa?

Ante los acontecimientos que vienen sucediendo en nuestra capital los transportistas (Conductores, cobradores y pasajeros) se reunieron el 26 de septiembre pasado para hacer oír sus voces debido a la indignación y la ausencia de respaldo del gobierno actual. Principalmente, el temor los impulsó a manifestarse en las calles, donde varios de ellos dejaron de trabajar durante al menos más de una semana por extorsiones, muertes y empresas amenazadas, esta nueva ola de criminalidad está causando revuelo en todo el Perú.

En Perú, las víctimas de algún delito cometido con arma aumentaron de 20.1% en el 2013 a 46.9% en el 2023, según el INEI por otro lado, de acuerdo con el Barómetro de Seguridad 2024 de Verisure, que mediante IPSOS Perú se recoge las percepciones de los habitantes en Perú urbano, el 76% de los entrevistados se percibe inseguro al salir de su hogar, mientras que el 28% sostiene sentirse inseguro incluso en su hogar, en este contexto, la criminalidad y la falta de seguridad ciudadana se han transformado en la mayor inquietud de los ciudadanos peruanos.

Para aclarar respecto a este problema se menciona que la delincuencia y la inseguridad ciudadana son un problema incontrolable al que se enfrentan la población y los líderes de todas las naciones del mundo, en sus distintos niveles de riesgo de ser víctimas de hurtos, coacciones y secuestros. Esto es percibido por la sociedad, que experimenta un dolor directo e indirecto de estos sucesos y percibe una desconfianza en las acciones de sus instituciones y su gobierno (Leiva y Ramírez, 2021). Pero esto nos conlleva a preguntarnos también ¿Cuál es el origen de la delincuencia? De acuerdo a la CEPAL menciona que la delincuencia se origina por diversos aspectos tanto sociales como económicos como: La pobreza, la falta de empleo, la desigualdad económica, la falta de valores y principios y la falta de leyes adecuadas, estos aspectos son evidentes en nuestro país tal que las noticias que circulan cada día tienen títulos que horrorizan al ciudadano de a pie, Perú 21 nos ofrece una noticia donde un padre de familia cubrió con su cuerpo a sus hijos durante balacera en San Martín de Porres, otro medio como Exitosa noticias tiene un título de noticia impactante la cual dos menores de edad perdieron la vida a balazos en la Av. Argentina del Callao. Asimismo, El Comercio destaca con una trágica noticia de un Administrador que fue  asesinado por falsos delivery  y según sus familiares ya recibía amenazas de muerte todo esto ocurrido en San Miguel. Por ello tanto el sector privado y la ciudadanía esperan acciones contundentes contra el crimen organizado, nuestro gobierno no ha desarrollado una estrategia integral que combine la prevención, la intervención y la rehabilitación. Además, nuestro gobierno desesperado ante la situación agraviada, actúa de manera superficial con medidas que hasta el día de hoy lamentablemente no son efectivas.

Para nadie es insólito ver noticias donde la percepción se vuelve vulnerable ante la inseguridad en la capital, pero en estos momentos se agravó al punto de no ser controlado por nuestro gobierno, esta situación revela no sólo la incapacidad de las autoridades para controlar el crimen organizado y la extorsión, sino también un sistema legislativo que, en ocasiones, parece favorecer a estas organizaciones. El Congreso de la República el pasado 9 de agosto, promulgó una ley que limita la persecución efectiva de la criminalidad organizada y la corrupción, lo que beneficia indirectamente a estas organizaciones. Teniendo en cuenta que la seguridad e integridad es un derecho fundamental básico, las leyes que se promulguen deberían fortalecer la lucha contra el crimen y la corrupción, en lugar de debilitarlas.

La inseguridad creciente en nuestro país no solo impacta gravemente a los ciudadanos, sino que también pone en riesgo las inversiones nacionales y extranjeras. Ningún inversor se siente atraído por un país donde la delincuencia prevalece, lo que obstaculiza el desarrollo económico sostenible y deteriora la calidad de vida. Salir a la calle no debería suponer un riesgo, ni mucho menos trabajar bajo la amenaza de extorsión, poniendo en peligro la vida e integridad de las personas.

Lamentablemente sin un compromiso real y efectivo para modificar esta situación, seguiremos atrapados en un ciclo de temor, donde la violencia y la falta de castigo se convierten en nuestra lamentable situación, por eso es importante que el estado priorice políticas preventivas en lugares con mayor foco delictivo e implementar planes distritales de seguridad ciudadana y mejorar los alumbrados y las videocámaras con centros policiales o de seguridad. 

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    Chaski
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