Arqueros abanquinos que cuidamos el pórtico por amor
Hablar del transcurrir deportivo de esta bella primaveral y digna tierra es bastante extenso hoy no deseó omitir a los arqueros, dignos baluartes que honraron los grandes clubes abanquinos. Allá en la eternidad estoy seguro que alegra al cielo, en el paraíso deportivo el gran Negro Rodríguez, con sus decididas atajadas de elegantes cortes hoy el cielo lo cobija en la eternidad, con sus voladas angelicales. Nuestro flaco Chenet, de elegante parar en el cuidado de los tres palos, que por su porte tocaba el travesaño, engrió el corazón con algarabía de honra, por sus magníficas atajadas, en grandes tardes abanquinas, en el viejo estadio El Olivo ahogando la etiqueta de gol, que aplaudían los hijos de nuestra tierra, llena de abanquinidad. No quiero expresar por los diversos clubes que jugaron, porque sería demasiado extenso dispensen hoy por omitir a los demás, en la presente vista de hoy expresó mi recuerdo, plasmado en mi mente del recuerdo de antaño, algo de nuestra juventud. Ciro Peña Salas, corajudo joven de la década de los ochenta guardameta desde muy joven, caminante fraterno, de la camiseta roja, que honra Abancay, defendiendo con coraje, los tres palos permanente hijo de la tierra de los muertos, Condebamba que también poseía nuestra recordado estadio, donde se jugaba retando al polvo y al agreste suelo, ese era el deportista, del ayer con tremendos churrascos que uno se ganaba, con los cortes de la redonda, que engríen al arquero. Alex Anibal Batallanos Sierra, rival deportivo del antes expresado, jugando gratos pasajes de los famosos, escolares de esa década en el viejo Olivo, más tarde contrincantes, con la celeste, que me honro, defenderla, como la crema que existió en Abancay, y mi Guardia Republicana, tiempos aquellos. El carismático y siempre jovial arquero Edgardo Valer, honrado grauino que también regalo gratas tardes, de alegría con la roja, estando presente, cómo guardavalla. Hoy el momento de la circunstancia, honro el tiempo aprovechamos y unimos, nuestra dicha, con esta ya caminada foto, en el tiempo del transcurrir en el trajinar de nuestras vidas, pero honrado, nuestro pasado deportivo.