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Un gran abanquino: David Loza Fernández, ortodoncista, ha partido a la eternidad
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Un gran abanquino: David Loza Fernández, ortodoncista, ha partido a la eternidad

Un gran abanquino: David Loza Fernández, ortodoncista, ha partido a la eternidad

Por Hugo Viladegut Bush

Su trabajo era la sonrisa y sus chistes y anécdotas hacían grata la estancia de los pacientes en su consultorio. No había ningún problema dental que no pudiera solucionar. Siempre estaba investigando e innovando sus técnicas. Se mantuvo por muchos años como vicerrector académico de la Universidad Cayetano Heredia de la que fue alumno de posgrado y profesor. Su oficina estaba empeapelada de distinciones, premios y estudios de posgrado que realizaba en inglés y español. Fue una de las luminarias más lúcidas y afamadas de la estomatología del país. Desde su posición de maestro de las nuevas generaciones tenía la paciencia para enseñar los procedimientos odontológicos. Inició las bases de la investigación científica en la Universidad Cayetano Heredia a la que dedicó gran parte de su vida. Entre sus muchas distinciones recibió el Premio Hipólito Unanue de la orden de su colegio profesional. Mantenía con los adelantos de última generación sus equiupos e instalacioes en su clínica estomatológica de Lince. Siempre tenía bajo su tutela a jóvenes profesionales que ejecutaban sus procedimientos ordenados y pulcros. Con ocasión del Centenario de Abancay, fue recibido en 1974 con lauros y algarabía en su ciudad natal. Manejaba el quechua a la perfección y en su hablar conservaba el acento abanquino sin ninguna retracción. Así como manejaba el español y el quechua y los modismos abanquinos, aceptaba con orgullo el sobrenombre asignado por su generación “Bombo Loza”. “El bombo es la alegría de la banda y yo siempre seré la alegría para todos”. “Es el papel de los líderes, ser el centro de atención”, decía. David Loza parte a la eternidad con historias gráficas de Abancay de los años 50. Se definía junto a Julio Casas, Darcy y Lucho Salas y Fernán Valer Carpio como un genuino grauinista. “Ahí en el Grau estudié la primaria y la secundaria ahí aprendí el español y el inglés”. “Fui a perfeccionarme a Estados Unidos”, se refería a su habla personal. Chau David Loza Fernández, Chau Doctor, los ángeles están en cola esperando que usted les abra la boca y les controle el dolor de muelas. 

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