Un 25 de enero de 1989, Guillermo Viladegut Ferrufino deja de existir a los (87)
Dedicó su vida a buscar el acta fundacional de Abancay, Aquel documento en el que consta que se trazó a cordel, estacas y yeso las 7 primeras manzanas de la ciudad. Este documento perdido fue suscrito y firmado por Fray Domingo Cabrera de Lartaún A la sazón es el fundador de la Ciudad de Abancay Pone la primera piedra de la torre de la catedral por encargo del Primer Arzobispo del Perú Jerónimo de Loayza y Gonzáles, primado del Virreynato. Guillermo Viladegut urgó en los archivos de la Iglesia Católica en Lima. Igualmente en los baúles del arzobispado del Cusco. Así también en la Sociedad de Historia y Geografía del Perú en Lima. Finalmente viajó a España al Consejo de Indias en busca de documentación. No pudo dar con el acta fundacional. Este documento es muy importante para nuestra filiación como ciudad. El 7 de octubre de 1645, Abancay finalmente ve la luz como Villa de Santiago de los Reyes de Amanckay. Dos detalles: Amanckay deviene como “Abancay” a través de la locución mestiza. Se entroniza a la Virgen del Rosario como la madre de los abanquinos nacidos en Abancay y el mundo. El 3 de noviembre de 1874 la Villa se eleva a condición de Ciudad. Y a partir de 3 de noviembre de 1954 se celebra como “Día de Abancay”. Viladegut Ferrufino dos años antes había desplegado una gran campaña en el Diario La Patria. Se trataba de fijar el aniversario onomástico de esta ciudad abuela. La obra cumbre de Guillermo Viladegut es “El Extraño Indio Clemente Kespe”. Relata la vida azarosa del mestizo salido de Mamara y que se estaciona en Abancay. Luego vendrán: “Las Voces Eternas” y “El reloj del tiempo”. “Prosas del Ande” y “Alancho el noble bandolero” son obras póstumas. “Mirador” (Una antología de sus artículos para radio) “Habla un maestro” (Compendio de sus discursos) y “Alma y Rostro de Abancay” que es la monografía de Abancay. Guillermo Viladegut Ferrufino está cumpliendo 33 años de haber resucitado a la vida eterna.
FOTO: “Guillermo y Efraín Viladegut, padre e hijo en el Hospital Edgardo Rebagliatti. COLECC. Jorge Alfredo Araujo Pinto.