Tradicional octava del Niño de la Espina adivirtió en Abancay
Después de una para por la pandemia, el día de Año Nuevo 2022, luego de una misa celebrada, con la organización y participación de cargontes, así como los danzantes de Negrillos se desarrolló la tradicional fiesta octava del “Niño Jesús de la Espina” en el frontis de la Catedral de Abancay. Las divertidas danzas de los negrillos alegraron a familias abanquinas que siguieron atentos el homenaje que rendían los negrillos a la venerada imagen, cada uno con su propia coreografía y personajes con las indumentarias características en dicha fiesta. Como ya es una costumbre en Abancay, luego de la celebración, el cargo es transferido a una nueva familia que se encarga de su vestido, cuidado y preparativos de la fiesta para el siguiente año, además de entregarse regalos y chocolatadas a todos los niños participantes y fiesta generalizada en domicilios de los cargontes. Según el relato, el “Niño Jesús de la Espina” o llamado también “Niño Manuelito”, se trata de la historia de un pequeño pastor que gustaba jugar con otros pastores. Aconteció que un día uno de estos niños rompió en llanto porque una espina se le había incrustado en el pie, el pastorcito al ver a su amigo llorar, cogió una espina y se la clavó en su propio pie, diciéndole al mismo tiempo “no llores yo también tengo otra espina”, cuenta la historia, que es repercutida en otros lugares de Apurímac.