Saludos a las secretarias
Así es amigos. Las hojas del almanaque que inexorablemente arrugan la cara y la vida con el correr, de los años, marcan fechas con mayor o menor trascendencia, que lo celebramos a lo grande unas veces y franciscanamente otras, pero siempre con cariño y sinceridad. Una de las fechas que marca el calendario peruano referido a los trabajadores, es el DIA DE LAS SECRETARIAS, fecha que se conmemora a nivel nacional el 26 de abril de todos los años. Hasta donde tengo conocimiento, al menos en nuestra ciudad, las secretarias tienen una organización llamada Asociación de Secretarías, en cuyo interior confraternizan deliberan, toman acuerdos y se recomiendan mutuamente intercambiando experiencias y conocimientos. Como es natural, cuando llega un cumpleaños como el presente caso, las secretarias gozan de un permiso que lo utilizan cumpliendo un programa especial de celebraciones, iniciándose con una misa de acción de gracias, seguidamente algunos homenajes en los centros de trabajo, luego algún paseo campestre, un almuerzo, conejada o parrillada de camaradería, rematando con un jaranón igualmente de camaradería, con la única diferencia que en veces bailan solas. Sin embargo, mi sofisticado servicio de inteligencia informa que los únicos invitados en los jaranones secretariales en caso de haberlo, serán algunos mandamases que gozan de simpatía entre las secretarias, quienes están obligados moral y materialmente a disparar su rueda para saludarlas con un brindis de cortesía y con la tradicional chocadita de vasos. Supongo que también estarán presentes los esposos en caso de secretarias matrimoniadas y los galanes de tumo en el caso de las solteras que están en la etapa del noviazgo ó enamoramiento. Lo cierto es que las secretarias en su día están de mantel largo botando las oficinas por la ventana y de relancina sus jefes están tirando cintura, arrojando la toalla, extrañando la presencia de sus «brazos derechos» que les preparan las correspondencias que les recuerdan de sus compromisos oficiales y no oficiales, de las visitas que reciben o recibirán, de las llamadas telefónicas recibidas, de la documentación que debe estar para la firma, etc. Relevando la función secretarial, una vez más me ratifico en manifestar, que de la ciencia y diligencia de una secretaria depende en gran medida el cumplimiento de metas, el avance de ejecución de obras, la buena imagen de la institución, pues cuando duermen los documentos en los escritorios, en la misma medida duermen las acciones, de ahí la importancia de la labor secretarial cuando se desempeña con eficiencia y agilidad. Al margen de todo ello, desde estas columnas de la NOTICIA COMENTADA un saludo cariñoso para todas las secretarias de Abancay, de la Región Apurímac y del Perú, SALUD.
