Por algo prenden una vela al santo
Así es amigos. Atendiendo siempre las múltiples sugerencias de la hinchada, en esta oportunidad voy a referirme un poquito sobre el simpático pensamiento que lleva por título el presente comentario que es de actualidad, cual es: POR ALGO SE PRENDE UNA VELA AL SANTO, que traducido al lenguaje cristiano significa que casi nunca, por las puras albóndigas alguien puede hacer un favor a sus semejantes, sacar cara cuando la ocasión es propicia o aparecer como Abancay prado de las necesidades del pueblo, cuando en realidad lo que buscan es un «milagrito» por haber prendido una vela al santo. En el diario trajinar de este mundo cruel, como siempre suceden cosas por demás inverosímiles a contra natura, cosas que suceden pero que no suceder. Convenimos por ejemplo y en el presente caso debe ser así, en Semana Santa vamos a la catedral con unción cristiana y con mucha I fe, para pedirle al Señor nos dé una manito para aliviar en algo los difíciles problemas que afrontamos los padres de familia. ¡Hasta aquí muy bien al ofrecerle una vela al Señor en señal de identificación con nuestra fe cristiana. Pero en otros casos, conforme me sugerían mis hinchas informantes de la NOTICIA COMENTADA, con toda seguridad, de cada 100 prendidas de vela o adulaciones, 95 lo hacen por recibir recompensa que es traducida en un favor o buscar acomodo personal, tan solamente 5 de cada 100 pueden brindar sinceridad y franqueza, por lo demás todo pedido endulzado está dirigido. Pero también hay otros casos me decían los hinchas en que los santos entre comillas, es decir los que hacen favores, no pueden mover un dedo si previamente no les prenden una vela y no una vela cualquiera, sino un cirio que se usa en las procesiones solemnes de las festividades religiosas, que dicho en otros términos significa que no pueden mover un dedo si previamente no hay una invitación que llene el estomago y el garguero del seudo santo y de su collera, o cuando no han recibido la lubricación respectiva con billetes: - ¿CUANTO HAY? ¿CUANTO HAY? ¿CUANTO HAY? Pero fatalmente, dicen mis hinchas, el mundo es así, y mientras no se cambie de mentalidad a todo nivel, seguiremos por los siglos de los siglos con esta lacra que hace pervivir todavía el estado de subdesarrollo en que vivimos. Ojalá que en el futuro haya solamente las velas de parafina que son para ofrendar al Señor nuestro Dios y su co¬llera, menos para los otros santos que primero exigen: - ¿CUANTO HAY? ¿CUANTO HAY? ¿CUANTO HAY?