Medicina para los chatos
Así es amigos. En anteriores ediciones comente sobre el tema de la medicina para gordos y flacos, esta vez dedico a los chatos, a los chatos abanquinos que a las justas llegan a un metro con 40 centímetros de estatura, razón por la que están exceptuados de prestar servicio militar obligatorio. Una nota procedente de la Rubia Albión, Inglaterra, dice que un grupo de científicos han logrado separar hormonas en laboratorios para hacer crecer a terrícolas que por cosas del destino y la genética, no llegan a un metro con 30 centímetros de estatura por más que se cuelguen de un árbol de eucalipto con pesas de 100 kilos en cada pie. En detalle, la noticia da cuenta que las hormonas son aplicadas a niños y niñas hijos de padres “chatorinos”, cuando apenas tienen 2 años de edad y hacen posible hacerlos crecer hasta un metro con 60 centímetros. Francamente mis amigos, esta noticia es sorprendente desde el punto de vista científico y desde luego, desde el punto de vista de noticia que impacta. Varios amigos grandulones de mi collera me han buscado para hacer un panel fórum en la glorieta de la. Los petipanes estarán de plácemes, ya no habrá necesidad que se paren encima de una cajita de fósforos o de una silleta para poder tutearse con nosotros. El patibambino gallero, y policía de tráfico aéreo, dijo: Como soy buena gente, en el caso que mis paisanos abanquinos no puedan viajar hasta Inglaterra a hacerse inyectar hormonas para crecer, ofrezco donar hormonas que el médico determine para que en mi pueblo de Abancay no hayan chatorinos. Otros grandulones de mi collera se sumaron al conversado y dijeron en coro: Gracias a esa medicina con hormonas, en el próximo Viernes Santo del 2013 ya no vamos a estar dando una manito a los pequeños Hermanos Caballeros de la Hermandad del Señor del Santo Sepulcro que de remate son muchos, porque ahora tienen la oportunidad de crecer. La verdad mis amigos con este logro maravilloso de científicos ingleses a favor de los chatos, los circos se van a quedar sin rulitos ni petipanes. Por otro lado, los matrimonios en Abancay aumentarán sobre la marcha haciendo que nuestros Sacerdotes, alcaldes y Jefes de las Oficinas del Estado Civil trabajen sobretiempos, porque sencillamente ahora los chatos ya podrán aspirar a chicas de nuestra estatura que están para vestir santos: Por fin podré alcanzar a la mujer de mis sueños. Esto quiere decir mis amigos, que las chicas casaderas ya deben estar tirando lenteja a algunos chatos y hacerlos crecer para ellas, ayudándoles en adquirir las milagrosas hormonas del crecimiento. Ahhh...y dónde se quedan las pequeñas buenamosas abanquinas, las pildoritas Ros, pequeñitas pero cumplidoras- ellas también de seguro van a saltar de alegría con esta tremenda notición y prepararán sus maletas para viajar hasta el viejo mundo, hasta la rubia Albión en busca de la hormona milagrosa, y lograr el sueño de crecer siquiera unos 20 centímetros más, para tener éxito con sus pretendientes solteros.
