Los calvos pondrán sus “barbas” en remojoo
Así es amigos. A propósito de pelucones y calvos, en un programa de televisión se apreció una secuencia simpática en la que mostraron un trasplante de cabellos en un hospital de Houston - Estados Unidos, en la que se ve claramente la forma cómo los doctores siembran pelo por pelo en una cabeza pelada, hasta ponerlo cristiano dando trabajo al peine que a lo largo de los años de vida del titular no había sido conocido menos utilizado. La secuencia no da más detalles, simplemente se observa el momento en que los doctores están plantando un pelo, otro pelo y otros pelos, mientras el calvo aguantaba a pie firme las punzadas. Supongo que, para esta operación, la materia prima debió haber estado a la mano, es decir el pelo de los hippis pelucones, digo hippi, porque otro mortal no estaría en condiciones de tener cabellos para venta o para la exportación. El procedimiento debe ser igual que con el trasplante de órganos como el corazón y riñones, en que impajaritablemente los órganos tienen que estar todavía con las células vivas por más que el titular se haya despedido de este mundo. Consecuentemente, el cabello a trasplantarse tiene que ser arrancado de la cabeza del donante para ser colocado sobre la marcha en la cabeza pelada del sambo que debe pagar un dineral para convertirse por lo menos en radiografía de hippi. Con toda seguridad, los “calvinos” de Abancay van a poner sus “barbas” en remojo, perdón... van a poner sus calvas en remojo, cabello no pueden remojar porque no tienen o si lo tienen a las justas alcanzan a una docena. Será cuestión de reunir dólares, si les gusta el pelo rubio, pues rubio lo tendrán sin necesidad de teñidos, sin necesidad de usar azabache de sedal, si quieren pelo crespo tam-bién lo tendrán sin necesidad de visitar a los maría Cristinas, si quieren pelo lacio, igualito será cuestión solamente de elección y plata. Si nuestro querido y añorado papi Vila no hubiera tomado la delantera, con toda seguridad que habría sido el primero en viajar a los Yunaites, seguido de los finados Héctor Velarde, los tíos Botello, Nicolás y Farístides; además mis hermanos del alma “umato”, Alfredo y Marcial, Rogelio Muñoz entre otros, quienes cada año en San Juan y Navidad mandan celebrar misas diaconadas pidiendo a Dios les haga el milagro de convertirlos en hippis; en otras ocasiones haciendo penitencia de rodillas hasta las capillas del Señor de Illanya y de la Virgen de la Piedad de mi pueblo de San Antonio, en otras veces, comprando con limosnas toda la producción de agua bendita de una semana en la catedral para regar diariamente, tarde, mañana y noche sus cabezas relucientes semejantes a una cabeza de cebolla pelada o papa “renacimiento” lista para entrar al horno. Hace 15 años, a raíz de una insólita publicación aparecida en el diario Ojo, escribí un comentario relacionado con los cabezas de lata, decía: “Calvos del mundo tienen esperanzas de hacer trabajar el peine, es cuestión de pararse en la punta de un cerro y aguantar a pie firme una tormenta al momento que los rayos y relámpagos caen del cielo”. Lógicamente este remedio era muy peligroso, porque en cualquier momento podían recibir el impacto de un rayo y la calavera hubiera sido partida en dos y el cuerpo carbonizado y esto, naturalmente, no lo desearía a nadie, razón por la que no se lo aconsejo a ningún calvo. Asimismo, hay otra receta para hacer crecer el pelo, y consiste en ir a un establo de vacas, agacharse para que el vaquero le eche sal remojada de “Karkeke” que es manjar para los vacunos a fin que estos nobles cuadrúpedos empiecen a lamer su cabeza pelada de norte a sur y de este a oeste, y de esta manera conseguirán que nazcan tiernos vellos. ¡Lo que sí, es rea!, es el trasplante de cabellos que se ha visto en la televisión, conforme manifestaron los reporteros, es cuestión de tener plata y el milagro está hecho; en caso de no tener los dólares suficientes para viajar a los Unites, les aconsejo conseguir aceite de “ungurabi” que se extrae de una palmera que crece en la selva de Madre de Dios, que tiene la propiedad de hacer crecer el pelo. Sería necesario hacer la gestión a través del Gobierno Regional Apurímac para que haga un pedido especial de unos 10 galones de ese aceite al Gobierno Regional de Madre de Dios, en contrapartida podemos enviar a los maldonadeños: manjarblanco, taparacos y tallarín de casa que por esos lares no conocen. Explico que el aceite de ungurabi es el mejor fertilizante para hacer crecer el cabello, conozco a una pata “huarayo” que se pasó’; con el riego y en vez de cabello le han salido cerdas de sajino y huangana. Bueno, a las finales, es cuestión de elegir cualquiera de estas 2 alternativas, ninguna tiene pierde, las 2 surten efecto. Me extiendo un poco en este comentario, porque soy bien amigo de los lampiños de la tutuma y sería el primero en celebrarlo si ocurriera el milagro, lo juro por mi santa madrecita que está en el cielo.