LIBRETA DE APUNTES
INTENTANDO HACER DE ESCRITOR
“Cuando nos acordamos de que todos somos desequilibrados, desaparecen los misterios y la vida se explica”. Mark Twain.
Creo que no hay razones para sentirse con esa pretensión, ser escritor, cuando no hay lectores, y pretender asumir esa responsabilidad, cuando se sabe que no hay legión de estos ahora en atención. ¿Qué razones hay para estar escribiendo y aprovechando la gentileza del medio de publicación? Realmente no encuentro razón en el momento, si se trata de impulsos, o en todo caso que niveles de excitación para acometer semejante tarea. No tengo necesidad de escribir, estoy convencido. Tampoco hay una apetencia por hacerlo como párrafos o líneas póstumas -porque no hay nada que dejar a la posteridad-, ya que no hay nada valioso que dejar; si puedo dejar testimonio, lo hago en primera persona, y está registrado en forma fragmentaria, lo que posiblemente haya vivido, sentido, y visto desde esa atalaya que la vida me otorgó; carezco de convicciones advertidas, no escribo con la furia y la urgencia de la vida, y mucho menos de los años que han transcurrido. Tampoco, por el habernos dado cuenta intempestivamente que los años han transcurrido fugazmente, y que no tienen retorno. Llega un instante en que me doy cuenta que soy parte de un anacronismo y un sin sentido, que quiere explicar el paso del tiempo y nuestro paso esencialmente. Desde este sendero, sea luminoso o no; hemos sido testigos en la vida de haber tenido aciertos y haber ocasionado serios problemas -como todos creo-, empero, espero que sea parte de lo que dejamos en el fin del año, sean aciertos o problemas, en especial los últimos, como por ejemplo: que en el poder judicial los jueces tengan jefes, y que en la orden de los profesionales del derecho, hayan usurpadores, y que en medio de toda la farsa de un proceso electoral, sigan ejerciendo el cargo quienes ya no tienen mandato, y nadie diga nada al respecto, asimismo, tener como premisas de comportamientos, la publicidad y el deseo de sentirse por encima de todos en la lucha heroica contra la corrupción en el país, sea parte que en este año que se está yendo lo dejamos, no lo despedimos, simplemente se están yendo, como se han ido los días que lo componen, hasta recién darnos cuenta. Me hago una promesa de no hacer borradores, sino de publicar, aunque no quiera hacerlo todo lo que puedo escribir, o ese amasijo de letras, de párrafos y de improperios, para que finalmente no sean parte de mis preocupaciones. Debí aprender antes que filosofía a filosofar, que es lo que quisieron mis maestros creo, pero también no tuvieron la febrilidad de su magisterio para insistir en ello; debí asumir como obligación, en no ir detrás de la verdad, porque a ella no se le reconoce por detrás, sino de otra manera, por eso tantas arbitrariedades; quise hacer algo, pero todo me salió mejor de lo que habría querido, y, sin embargo, no he podido estar satisfecho con todo. Sean estas líneas, no las últimas del año, sino de esta formalidad que es un calendario, que podamos en el caso personal, iniciar el largo periplo de recoger los pasos que hayamos dado, o en cada uno de ellos, encontrar en donde nos hemos detenido, pensando que caminábamos, o de repente, es una forma de andar, el saber que no hay movimiento.
LES DESEO UN AÑO QUE VIENE DIFERENTE, AUNQUE DESPUES DEL 2020 Y 2021, TODO SERA DIFERENTE, AUNQUE QUIENES DEBERIAMOS SERLO, DEBEMOS SER NOSOTROS.