FORJANDO UNA CIUDAD MÁS BONITA IMPORTANCIA DEL ORDEN, ORNATO Y LIMPIEZA
A quien no le gustaría decir ¡Vivo en la ciudad más bonita del mundo! Y eso es algo que decimos los abanquinos, sobre todo, cuando estamos fuera, pero lo decimos basados en las imágenes idílicas que llevamos en el corazón, endulzadas por la nostalgia y las reminiscencias de tiempos pasados, pero ¿estamos siendo veraces? ¿Que son las ciudades? Dios hizo el campo, el hombre hizo a la ciudad y la ciudad hace a los hombres. Las ciudades, dice la historia, surgieron cuando el hombre dejo de ser nómada y cazador, y por efecto de la sedentarización, se agrupó en determinados lugares, luego de conseguir excedentes de su producción agrícola. En el mundo hay unas 500.000 ciudades que aglutinan al 56 % de la población mundial, , unos 4,400 millones de habitantes, según el Banco Mundial. Hay ciudades lindas y feas, grandes y pequeñas, acogedoras y repelentes, pero todas son el hogar público de miles de personas que las han hecho como son. Las calles, sus aceras, los parques y los principales lugares públicos de una ciudad, son sus órganos más vitales. ¿No es lo primero que nos viene a la mente al pensar en una ciudad? ¡Claro que sí! Abancay, en la Web de contactoabancay.com «Abancay, es una de las ciudades más hermosas y antiguas del Perú, fundada en 1574 como Santiago de Abancay, muestra una singular belleza con su particular amalgama de lo antiguo, lo natural y lo moderno. Enclavado en medio de un hermoso valle de frondosa y perenne vegetación, empieza a enamorarnos desde las primeras impresiones que nos da viéndolo desde las alturas, cuando uno va llegando. Su campiña, llena de bucólicos paisajes nos cautiva e impulsa a capturar en nuestras lentes miles de hermosas imágenes que aparecen por doquier, y más aún, cuando nos adentramos en sus calles estrechas delineadas con los criterios de antaño, aún encontramos casonas antiguas alternándose con modernos y coloridos edificios y conocemos a su gente. En todos sus alrededores, abundan apacibles e inspiradores paisajes de gran belleza natural que, junto a su clima primaveral y sus encantadoras mujeres, han inspirado poemas y canciones a bardos y cantautores. De cuando en cuando, hienden los aires, bandadas de camorristas loros, se escuchan los arrullos enamoradores de las Urpis (palomas de campo), los silbidos de las Tuyas (calandrias), Pichincos (gorrión andino) y Tiutis (espiguero negro y blanco). Aurelio Miró Quesada Sosa, en su libro “Costa Sierra y Montaña” dice: “Una población tranquila y recogida, con casas de colores claros, y calles que se tienden a la caricia blanda de un clima templado y agradable.”» ¿Cómo está Abancay hoy en día? ¡Quisiéramos que Abancay siga siendo como se describe en ese texto!, pero viendo tantas calles en mal estado, llenas de agujeros y sucias, con montículos de basura y excrementos de perro por doquier. Viendo tantas veredas y calzadas ocupadas por carteles, toldos, sombrillas y productos, qué propician el desorden y la inseguridad al obligar muchas veces, a andar por la calzada, con accidentes fatales, 2 niños fallecidos recientemente. Y peor aún, cuando las calles son invadidas por el comercio ambulatorio. Viendo la ciudad con una contaminación acústica desmesurada, saturada de bocinazos y parlantes a todo volumen, chillando en la vía pública, y atentando contra la salud auditiva y mental, uno se pregunta: ¿Qué fue de ese Abancay del que hablan los poetas? ¿Que requieren las ciudades? Las ciudades, a lo largo de su existencia, fueron experimentando diversas formas de organización, determinándose que el orden, el ornato y la limpieza eran los elementos claves para garantizar una alta calidad de vida para sus habitantes en ambientes agradables y saludables. ¿Qué necesitamos? El ORDEN, que asegura el funcionamiento eficiente de la vida urbana, comprendiendo, normas claras y bien pensadas, para la seguridad, tranquilidad y buen vivir. Orden en cuanto a un comercio organizado y supervisado, un sistema de transporte público seguro y eficiente, calles, y parques bien cuidados, iluminados y señalizados. Hay muchas obras en construcción, eso es bueno, pero dejar en la calle el material de construcción ocupando las veredas por mucho tiempo, es malo. El ORNATO, la apariencia estética de la ciudad, influye en la calidad de vida de todos, al crear un entorno agradable y acogedor para sus habitantes y visitantes, con espacios verdes bien mantenidos y edificaciones armoniosas y bien conservadas. Una ciudad atractiva estéticamente, será un imán poderoso para atraer visitantes y promover el desarrollo económico local a través del turismo. La municipalidad está trabajando en la corrección del Plan Catastral, ojalá se aplique con rigurosidad, y se corrijan todas las transgresiones habidas. La LIMPIEZA es vital. Una ciudad limpia y libre de basura y contaminación será una ciudad sana con un impacto positivo en la calidad de vida de las personas y un entorno agradable y saludable para vivir y trabajar. Se deben implementar buenas políticas para el recojo de basura, en horarios fijos y que no congestionen el tránsito. La planificación urbana y la protección del medio ambiente y sus recursos naturales debe ser parte medular de esta normativa. Una ciudad bonita, ordenada y limpia fomenta el sentido de identidad, pertenencia y orgullo de sus habitantes, promoviendo el respeto, el civismo y la «Abanquinidad». Se ha comprobado en muchos lugares que mantener una ciudad limpia y ordenada propicia que los mismos ciudadanos sean más propensos a cuidar de su entorno, mantenerlo limpio y ordenado y tener un estilo de vida activo y saludable. Asimismo, el orden, el ornato y la limpieza en las ciudades tienen un impacto significativo en la economía local, al hacerlas más atractivas para la inversión y el desarrollo empresarial. En estos días, a punto de celebrar nuestros 150 años de existencia como departamento, estamos recibiendo a muchos visitantes. ¿Qué impresión se llevarán estos? Llegará el día en que, al irse, un visitante, pueda decir: «Abancay ¡Qué hermosa ciudad! Limpia, ordenada y bien administrada.» Por suerte, algo que no ha variado a través del tiempo es la hospitalidad de los buenos abanquinos. Esto es un Plus que no debemos perder. Esperemos que esta reflexión ayude a las autoridades a tomar conciencia de su función. Es bueno soñar con grandes proyectos, pero es mejor no descuidar el día a día de la ciudad. ¿Hasta cuándo veremos afeados los parques Ocampo y Centenario? ¿Hasta cuándo veremos obstruida la calle Huancavelica? ¿Cuándo reinaugurarán el Mercado central de Abastos? Como dice mi tía Margarita, «una ciudad es más bonita, cuando está ordenadita y limpiecita». ¡Feliz día Apurímac!