En el amor no cuenta la edad, la raza ni el credo
Escribe: PC Luís Quintanilla López (+)
Así es amigos. Nada más ciertos amables lectores de LA NOTICIA COMENTADA, lo testimonia una simpática y extensa nota publicada en el diario OJO de Lima edición del 23 de agosto, que entre otros párrafos dice lo siguiente: “Abuelitos de 91 y 82 se enamoran en Canevaro se juran amor eterno y se amarán hasta la que la muerte los separe”. Para el amor no hay edad. Luego de más de 70 años de permanecer solteros, dos abuelitos del hogar para adultos mayores en Canevaro, se enamoraron a primera vista dentro del albergue y ahora llenos de amor aseguran que permanecerán juntos hasta que la muerte los separe. Marcial Rejas Vilca (91) y Norma Baxton (82), se conocieron una tarde en el año 2009, cuando Norma salió de su habitación para ir a almorzar y desde ese día no se pueden dejar de mirar. “La vi desde el otro pabellón e instantáneamente quise conocerla. Me acerqué a ella y le dije si podía acompañarla a comer. Esa vez me rechazó, pero luego, poco a poco entablamos conversaciones y me gané su corazón. Es una mujer muy tierna y coqueta. Dios me la guardó para el final”, contó Marcial entre risas. Norma contó a OJO que nunca imaginó conocer al amor de su vida llegando a los 82 años, sin embargo, no pudo resistirse a los encantos de don Marcial, quien la cortejó desde la primera vez que la vio. “Marcial es todo un caballero, me ayuda en todo, me da mucho cariño y sobretodo es una gran compañía. Por primera vez no me siento sola”, dijo Norma Baxton con lágrimas en los ojos. Las damas que atienden el Hogar Albergue dijeron que desde hace dos años Marcial y Norma son inseparables, pues leen juntos, ven televisión juntos y hasta cantan juntos, solo se separan a la hora de ir a dormir porque tienen habitaciones separadas. Son como dos adolescentes enamorados”, detalló una de las damas. Con motivo de la conmemoración del Día del Anciano, en edición pasada dediqué un comentario adelantando con un saludo a los ancianos varones y mujeres por igual no solamen¬te de Abancay, sino, de todo el Perú, singularizando mi saludo a los ancianitos que no tienen familiares y que son atendidos en los Asilos, en el caso de Abancay, en que las religiosas de la Orden de Las Carmelitas les prodigan toda clase de cuidados, que van desde la alimentación, el lavado de sus ropas y el hospedaje, en un local muy aparente con todas las instalaciones necesarias construidas por el gobierno regional de Apurímac. Hasta aquí bien, singularizando el comentario sobre él titular del presente chascarro, que para el amor no existen barreras de edad, credo, ni raza, lo prueba la noticia que esta vez nos llega desde Lima en que dos abuelitos, el varón de 91 años y ella de 82 años, unieron sus vidas con un juramento privado entre los dos, hasta que la muerte los separe, tal como es la sentencia en las ceremonias de matrimonios religiosos, en que el sacerdote dice a los novios: “Hasta que la muerte los separe. Lo que ha unido Dios, que no lo separe el Hombre”. En uno de los párrafos de dicho comentario, dice que los abuelitos duermen en dormitorios separados, pero aun así se aman entrañablemente, lo que significa que ambos ya guardaron “su vigor y sus impulsos” en sus cofres de recuerdos, pues lo que importa para ellos es estar juntos y abrazados durante el día. Al respecto, me imagino, me imagino no más, que ellos en el momento en que están juntos y conversando en la intimidad, recordarán los tiempos idos y no volvidos, cuando estaban en la flor de sus juventudes, en la primavera de sus vidas, en que con toda seguridad habrán escrito páginas de amor que solamente ellos lo saben porque lo han vivido; páginas que pondría celosos a los amantes más famosos del mundo; porque a decir verdad, nadie, absolutamente nadie puede decir que durante la primavera de sus vidas no haya escrito páginas de amor imperecederos para ellos, cuando tuvieron el primer amor, el segundo y los que pudieron tenerlo, porque esto no está prohibido, ni la mis¬ma iglesia lo prohíbe; como decía mi catedráti¬co de Sociología en la UNSAAC el Dr. Jorge Cornejo Bouruncle: “cuando solteros, tanto el varón como la mujer tienen derecho a gozar de sus vidas; pero una vez casados deben cultivar el respeto mutuo”. Al respecto, me imagino, me imagino no más, que ellos en el momento en que están juntos y conversando en la intimidad, recordarán los tiempos idos y no volvidos, cuando estaban en la flor de sus juventudes, en la primavera de sus vidas, en que con toda seguridad habrán escrito páginas de amor que solamente ellos lo saben porque lo han vivido; páginas que pondría celosos a los amantes más famosos del mundo; porque a decir verdad, nadie, absolutamente nadie puede decir que durante la primavera de sus vidas no haya escrito páginas de amor imperecederos para ellos, cuando tuvieron el primer amor, el segundo y los que pudieron tenerlo, porque esto no está prohibido, ni la mis¬ma iglesia lo prohíbe; como decía mi catedrático de Sociología en la UNSAAC el Dr. Jorge Cornejo Bouruncle: “cuando solteros, tanto el varón como la mujer tienen derecho a gozar de sus vidas; pero una vez casados deben cultivar el respeto mutuo”. Los héroes de este comentario a sus 94 y 82 años de vida, así durmiendo en habitaciones separadas, con toda seguridad que durante el día en sus momentos de pasar juntos, con toda confianza se contarán sus cuitas y sus aventuras amorosas cuando estaban rebotantes de juventud, sin que haya celos de ninguna de las partes; de repente él fue padre soltero v ella madre soltera, la nota del diario OJO no dice nada al respecto, de repente son abuelos y bisabuelos felices, porque así es la vida en los abuelos y bisabuelos que llegan a tener entrañable cariño a sus nietos y bisnietos. La verdad mis amigos, este comentario está un poco “serial”, pero para la siguiente edición, me comprometo ofrecerles un súper chascarro, relacionado a un dato que me han pasado mis amigos personales y coetáneos en la peluquería LUX, haciendo saber que en la ciudad de Abancay está vacante el cargo de Presidente de la Sociedad de la Humilde Unión de Maridos Oprimidos HUMOS, y que están a la búsqueda de candidatos para tan importante cargo.