El calvario de los esposos solitarios
Así es amigos. En habitual reunión de mi collera en el lugar de costumbre que es la Peluquería LUX, surgió el tema para el presente chascarro, pues en dicha reunión había dos desdichados que momentáneamente estaban solos sin sus contrapartes. Las bromas iban y venían en este sentido. Complaciendo a la hinchada escribo el presente comentario dedicado a los esposos que se encuentran solos cuyo calvario en alguna medida o bastante, es un homenaje a las esposas. Para iniciar, voy a clasificar previamente cuántas clases de maridos solos hay en nuestro abancaycito de amores. Modestamente, a mi criterio habría hasta cuatro clases de maridos solos, que serían los siguientes: Primera: En esta categoría estarían como miembros natos los viudos y divorciados que por esas cosas de la vida están solos. Segundo: Los maridos que se han hecho sacar tarjeta roja por trasnochadores, los integrantes del club Guayacol, los que entran de retro a sus casas porque ya no tienen cara para presen¬tarse frente a frente con la jefa y por eso duermen en el gallinero. Tercero: En esta categoría estarían los maridos que no obstante tener un mundo de plata, no tienen amigos, que abrazando sus billetes se acuestan a las 6 p.m. igual que las gallinas, sin ser útiles a la sociedad ni a la comunidad que les dio riqueza, los que no saben darse su trato y viven como cualquier cosa y que en vez de abrazar a su contraparte, abrazan su maletín con dinero. Cuarto: Los que por ausencia temporal de las contrapartes se encuentran solos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas, como por ejemplo…mejor no, se puede calentar es mi pata del alma. Hasta aquí la clasificación de maridos solos. Por razones de tiempo, en esta oportunidad, me voy a ocupar tan solamente de los maridos solos que pertenecen a la cuarta clasificación, es decir, de aquellos cuyas esposas con sus hijos e hijas han viajado a otras ciudades por algún motivo, o de aquellos cuyas esposas han viajado a visitar a sus hijos e hijas que estudian en Universidades de Lima, Cusco, lea, Arequipa y La Paz. Estos sambitos acostumbrados a que se le atienda a cuerpo de Rey desde que amanece hasta que anochece, son los que ahora están pasando una vía crucis, un calvario si cabe el término, porque dicen ya no hay a quien meter bronca por las puras, “ya no hay personal subalterno a quien dar órdenes”. Necesito camisa limpia, pantalón limpio, chompa limpia, calcetineslimpios,zapatos bien lustrados, ropa interior limpia, la cama bien tendida y una jarra de limonada porque esta noche tengo reunión de alto nivel con mi collera. Así es amigos, mejor dicho, así había sido mis amigos, porque este humilde pecho está metido también en el cuento, porque otra cosa había sido guitarra en mano, no había sido como el caso de un pariente mío que, en una oportunidad, cuando se había declarado la guerra de las galaxias en casa porque su contraparte le descubrió su mañosería y le sacó tarjeta roja: -Fuera de aquí gato techero, fuera de aquí sinvergüenza siete suelas, fuera de la casa, te largas y te largas. Dice mi pariente que al escuchar esta sentencia de su contraparte, había saltado 5 metros de alegría, hasta casi romperse la mitra en el techo, pues había exclamado con la satisfacción más grande el mundo: -Dios es grande, luego Dios existe, al fin libre, por fin libre. Que Viva la Libertad. En el supuesto que hubiera sucedido así, le doy toda la razón a mi pariente, porque la libertad es el derecho más grande de los hombres en la tierra, porque la libertad es el derecho más grande de los hombres en la tierra, porque la libertad es un regalo de Dios como lo dijo el Santo Padre, porque la libertad es un derecho inalienable de todos los hombres. Pero posteriormente me enteré que no había sido así, pues cuando su contraparte le había señalado la puerta de calle para que agarre viaje rumbo a la ansiada libertad, mi pariente se había dirigido a la cocina a ponerse un mandil y ayudar en el lavado del menaje de comedor y cocina. Cosas y casos de la vida mis amigos. Lo cierto es que los esposos de la cuarta categoría según la presente clasificación, han arrojado la toalla y la esponja cual boxeador derrotado, porque en casa todo es silencio, hasta se puede escuchar la conversación de las moscas durante el día y de los zancudos y manta blancas durante la noche, ya no hay quien les transmita calefacción en el ring de las 4 perillas. Amor mío, una oqlladita que tengo los apertores completamente fríos, frótame la espalda, cántame una canción de cuna para poder dormir como pagado, pero previamente te pones en la onda de la onda para demostrarte que soy un esposo responsable y cumplidor de sus obligaciones.