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Cerraron las aulas, pero queda abierta siempre el aula de la vida
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Cerraron las aulas, pero queda abierta siempre el aula de la vida

Cerraron las aulas, pero queda abierta siempre el aula de la vida

Así es amigos. Con los actos de clausura que hasta diciembre pasado se han llevado a cabo en las escuelas y colegios de todo el país, ha finalizado el año escolar del 2007. Nos referimos especialmente, a los cientos de miles de estudiantes que han culminado los ciclos de su educación primaria y secundaria, porque todos ellos están sometidos a encarar la solución más asequible y conveniente, al problema de si los primeros continuaran la educación secundaria y los segundos, optaran por hacerse técnicos o profesionales, 6 bien, para la gran mayoría de ambos ciclos, a trabajar o buscar trabajo. Adolescentes, varones y mujeres, de 15 a 18 años, comienzan a encarar en estos días, la solución de un problema, que no solamente es de interés de ellos, sino que debe preocupar a todo el país, desde sus gobernantes hasta el más olvidado ciudadano. Desde la década de 1950, en el Perú se ha incrementado, en razón de consecuencias vitales y de progreso, el número de adolescentes que egresan de escuelas y colegios. Consiguientemente, ha aumentado también la presión social, tanto por más centres de i estudios como por más plazas de trabajo. Las racionales políticas por responder a estas presiones de crecimiento, no tuvieron las concreciones exigidas ni esperadas, y ti en vez de registrarse las correcciones y previsiones necesarias, en los últimos anos, hemos llegado al colmo de que se gobierne de espaldas a la realidad nacional. Por eso, ahora, no hay trabajo para los que quieren y necesitan trabajar, así como tampoco hay suficientes posibilidades para los que quieren y necesitan ser técnicos o profesionales. De ahí que cada clausura anual de labores educativas en escuelas y colegios, arroja millares de desocupados. ¿Puede haber mayor tragedia en la vida de un pueblo, que la presencia de millares de adolescentes sin medios de trabajo y de estudio? La constatación de esa tragedia, la tenemos en la proliferación de la delincuencia y en la de los mercaderes ambulatorios. Ese es el motivo por el que, en cuanto al último caso, no deje de causarnos indignación la lucha de palos y de rochabuses contra los vendedores ambulantes, muy especialmente en Lima, como si con la acción policial y la protesta de los privilegiados, se fuera a solucionar problemas de hondas raíces sociales y económicas. En el mes de diciembre que ya finalizo con el año 2007, se han cerrado temporalmente las aulas de colegios y de escuelas, pero, queda siempre abierta el aula de la vida, con todas sus sanciones y con todos sus espectáculos. Millones de adolescentes, cierran en una u otra forma, el ciclo prioritario de sus preocupaciones de memoria y de teorías. Irrumpen así a una realidad que para la inmensa mayoría de ellos, será el paso definitorio de su existencia: entrar de golpe a la realidad para sentir los golpes despiadados de ella contra sus esperanzas de poder estudiar y trabajar. Todos ellos, en algún momento, se preguntarán desesperadamente. ¿Qué culpa o que condena tengo para no trabajar o estudiar? Es alii donde se volverán contra la sociedad a la que pertenecen, y muchos porque eso tiene y es la adolescencia- buscaran los medios más fáciles, más inmediatos para reaccionar contra I ella. Previniendo esa actitud, nosotros, a toda esa esperanzada fuerza adolescente, les decimos ya, que quienes tienen culpa y quienes los condenan a no poder trabajar o seguir de espaldas son los que gobernaron y gobiernan de espaldas al país. Y que ahora en el aula de la vida, aprendan a elegir auténticos gobernantes

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    Chaski
    EDITOR