“Calvario de sufridos y sufridas”
Así es amigos. En este valle de lágrima este mundo cruel, en este loco mundo hay tristezas y alegrías, hay sufrimientos y satisfacciones. La verdad mis amigos que en este mundo hay de todo como en botica, unos que ríen, otros que lloran, unos que suspiran y otras que hacen suspirar. De entre este grupo heterogéneo voy a ocuparme de los sufridos. Hay tantos motivos o situaciones que provocan sufrimiento, en unos casos la pérdida de seres queridos, en otros, la pérdida de fortuna, en otros, la pérdida de una posición expectable, en otros, la pérdida de privilegios, en otros, el comer una calabaza bien grande, en otros cuando la buenamosa demora mucho en decir “si”. Hablando con honestidad, del sufrimiento nadie se escapa, como dice un verso criollo “del amor y del dolor nadie escapa”. Conozco muchos vecinos y vecinas que no duermen pensando en sus buenamosas y en sus buenmosos, y que toda la noche se la pasan deshojando margaritas: Me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere. Hay también vecinos y vecinas qué están en plan de enamorados una década, es decir una eternidad, puro sirvinacuy y aún no se deciden, porque dicen, todavía no se han comprendido perfectamente. Aquí entra a tallar un pensamiento popular que dice: “En la tardanza está el peligro”. Precisamente por la exagerada tardanza, este sirvinacuy, perdón... estos matrimonios al fiado terminan a veces en siembra de calabazas y lógicamente la parte agraviada tiene que suspirar día tras día, mes tras mes, año tras año, refugiándose en el trago y el cigarrillo. Hay un caso de 2 amigos integrantes de mi collera, que estaban templados de una sola buenazosa habiendo tantas hermosuras, aunque sobre gustos y colores no han escrito los autores dirán ustedes el hecho es que ambos estaban locamente enamorados y no podían definir en el ring el titularato porque eran hermanos de juramento! lista pena a veces aumenta cuando la buenamosa da apertura a galanteos de terceros pretendientes sin importarle que en cualquier momento algo terrible puede ocurrir a los otros pretendientes. Cosas del amor mis amigos, cosas de sufridos y de las que hacen sufrir, pues según informe de amigos que me han pedido escribir este comentario, son las hijas de Eva las especialistas en gozar con el dolor del prójimo, perdón... con el dolor del pretendiente que la quiere de verdad. Como no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, los sufridos tienen la remota esperanza que algún día se aparezca la varita mágica, de las que hace mención un adagio popular que dice: “Con la vara que mides, serás medido”.