Anécdotas de barbones y lampiños
Así es amigos. En uno de los tele informativos transmitidos desde la capital de la Republica, pre-sentaron un corto informe grabado en los Estados Unidos de Norteamérica, el mismo que hace conocer, que el bigote que usan los gringos es el reflejo de su personalidad y al mismo tiempo, el símbolo de la masculinidad. Con este bello motivo, parece que en Gringolandia país de los cara pálidas, se va a implantar la moda de usar bigotes, que dicho sea de paso, será general, porque no hay gringo lampiño, todos son peludos, pelo en pecho, pelo en... bueno... pelo en todo, a excepción de los indios pieles rojas, navajos, siuxs, apaches, etc. que los hay todavía en los Estados Unidos de Norteamérica en sus reservaciones. A propósito de barbones y lampiños, para analizar la noticia llegada desde los Yunaites, una collera de connotados lampiños se reunieron en la glorieta de la Plaza de Armas, luego de amplio debate sacaron interesantes conclusiones: Primero, que se sien-ten orgullosos incluyendo este humilde pecho de ser descendentes directos de nuestros antepasados los Incas: Segundo, que se sienten orgulloso de ser lampiños: Tercero, que en cuanto a masculinidad habría que hacer una encuesta entre las contrapartes, cuyo resultado será que los lampiños son los; mejores amantes del mundo. Hablando siempre de lampiños, en muestro medio, mejor dicho a todo lo largo y ancho del país, a los lampiños se les mira como carne de tercera, porque dicen somos rojos sin alusiones partidarias, dice que somos descendientes auténticos de Manco Cápac y Mama Ocllo, sin sangre de los conquistadores españoles y de los conquistadores imperialistas. De acuerdo a los que hemos aprendido en la es-cuela, en el colegio y en la universidad, sobre el origen del Hombre; nos han ensenado que la teoría más aceptable es la de Carlos Darwin, quien sostiene que el Hombre es descendiente del mono, es decir, concretamente, que el Hombre es la evolución del mono. Ahora bien, partiendo de esta premisa, partiendo de esta lógica absoluta, que el hombre es descendiente del mono y tomando en consideración también, que el mono tiene pelos hasta en la punta de la lengua, el hombre que ya no tiene pelos ni en la lengua, ni en el pecho, ni en la cara, ni en el que “te dije”, viene a constituir el hombre más evolucionado del planeta Tierra. Por tanto, que no se jacten los patilludos, barbones y los pelo en pechos, porque en este sentido, todavía están en proceso de evolución, tal vez después del Apocalipsis pueden hablar de igual a igual con los lampiños. Con esta somera explicación de alto voltaje, los lampiños, empezando de este humilde pecho, no estamos de acuerdo con la tesis de los gringos, que el bigote es signo de personalidad o masculinidad, pues, sin necesidad de usar bigotes ni patillas están para tutearse en cualquier terreno, sea en un paraninfo universitario como también en el ring de las 4 perillas. Por la amplitud y acogida de esta página “LA NOTICIA COMENTADA”, hago una invitación a los patas de la collera de pelo en pecho, para que me hagan llegar algún recorte periodístico que este a favor de los barbones y patilludos. Les aseguro que al día siguiente les estoy dedicando un comentario especial, siempre con cariño, aclarando que estos comentarios son solamente chascarros.